Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que tienen como finalidad mejorar nuestra calidad de vida. Éstos se clasifican en:
- valores biológicos: que traen como consecuencia la salud, se cultivan a través de la educación física y la higiene.
- valores económicos: que proporcionan todo lo que nos es útil. De uso y cambio.
- valores estéticos: Nos muestran la belleza en todas las formas.
- valores religiosos: Que nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado.
- valores morales: Practicarlos nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad, la honestidad, la tolerancia, el respeto, la responsabilidad, la solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre otros.
La falta de valores morales en los seres humanos es muy lamentable porque los hace menos humanos.
La familia es el entorno donde el niño, en sus primeros años de vida, aprenderá a desenvolverse en la sociedad, sus acciones, sus relaciones e interacciones deberán ser matizadas por esos comportamientos que conducen hacia lo bueno y deseable, que lo impulsarán a vivir de acuerdo a una elevada escala de valores. Si como padres descuidamos la formación del carácter de nuestros hijos surgen graves problemas sociales, tales como: la violencia, en todas sus formas, familias disfuncionales; así como secuestro, corrupción y demás problemas que aquejan a la sociedad de hoy.
He ahí la importancia de que desde los primeros siete años los niños sean educados y su carácter modelado de acuerdo a la más elevada escala de valores, que le permitan buscar siempre la mejora de sí mismos y, apreciar esos rasgos en los demás, contribuyendo así, a una convivencia sana, pacífica y armoniosa.
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